
Lars Von Trier siempre despierta interés en las producciones que realiza. Su creatividad e inteligencia hacen que sus películas no pasen desapercibidas y unos las admiran y otros las detestan, sin puntos intermedios. Anticristo, tal y como reconoció el autor, es su primera producción tras un tiempo internado por una profunda depresión y, probablemente hecha como terapia a sí mismo.