The Cove

Está claro que el ser humano puede cambiar muchas cosas para mejorar el planeta. No tenemos plan B, no hay a donde ir y depende de nosotros, pero llevar las cosas al límite, dejando la objetividad de los hechos, puede llevarnos a confundir la realidad. Está claro que depende de nosotros ser mejores con todo nuestro entorno y, cuando digo todo, me refiero a todo, animales, plantas, entorno general...

"The Cove" es un documental producido en 2009, que nos muestra un acontecimiento terrible que sucede, año tras año, en las aguas de Taiji Wakayama (Japón) y que consiste en la matanza de más de 20.000 delfines a manos de pescadores de la zona.

Está realizado por el antiguo fotógrafo de National Geographic, Louis Psihoyos, empleando cámaras camufladas y que recibió el Óscar en 2009 al mejor largometraje documental.

Hacía tiempo que quería ver este documental. Lo tenía guardado pero, entre pitos y flautas y que se me había olvidado, no lo he visto hasta este verano de 2022. No tenía claro si escribir el artículo aquí o en mi blog de fotografía, porque estoy alimentándolo con algunos artículos sobre documentales de fotografía pero, una vez lo he visto, no encaja en esa categoría porque es más un documental de protesta y opinión y, realmente, no enseña las técnicas de grabación usadas en profundidad, solo hace un apunte a las mismas, sin entrar en demasiados detalles y, por eso, he creído que encaja mejor aquí que allí.

Uno de los conductores del documental es Ric O'Barry que, en el pasado fue el que capturó y entrenó al propio Flipper (en realidad a las cinco hembras que creaban al personaje) y que, años después, cambió su actividad para dedicarse en cuerpo y alma a trabajar para defender a los delfines en cautividad y, evidentemente, a luchar contra este terrible suceso japonés.

Se nos muestran imágenes de la serie de los años 60 para que entendamos la personalidad de estos inteligentes animales y simpaticemos todavía más con ellos. ¿Quién no es capaz de adorar a los delfines?

Después entramos en la política ballenera de Japón y, sobre todo, el negocio que supone la captura y muerte de delfines y marsopas. Como en casi todo lo que nos rodea la frase "sigue al dinero" te dará muchas respuestas y, como alguien me dijo una vez, "el dinero no tiene sentimientos", algo que cualquiera que haya tenido problemas de impagos con algún banco, habrá sufrido en sus propias carnes. Lo sé muy bien.

El documental entra en la parte en la que nos muestran, a modo de guerra de guerrillas, las incursiones nocturnas para poder colocar el material con el que grabar la matanza. Incluso tratan de provocar su detención usando métodos científicos y la contaminación por mercurio que estos animales podrían transmitir a los humanos, proceso que se intuye y se comprueba demasiado largo.

Conclusión

El documental está fantásticamente realizado y es realmente entretenido. Partes excepcionalmente dramatizadas, muy bien hechas y perfectamente conducidas. No en balde el documental fue muy galardonado por su calidad, aunque creo que también por la tremenda carga de sensibilidad que tiene.

Sinceramente pienso que un documental no debería tener tanta implicación por parte de sus creadores. Contar un hecho se desacredita si se toma partido y ya no se documenta sino que se opina, y no digo que esté mal implicarse, lo que digo es que hecho así, no se trata de comunicar sino de buscar adeptos y, en parte, también tiene sentido en este caso porque hay organizaciones involucradas que, evidentemente, necesitan financiación.

Me ha venido a la cabeza el episodio de Los Simpson, como otros en otras ocasiones, en el que, tras liberar Lisa a un delfín cautivo, los delfines entran en guerra con los humanos. El episodio es de la temporada 12, que es posterior a este documental, pero me sirve para apoyar lo que estoy diciendo.

Esta claro que todo este suceso está mal, y más desde una perspectiva occidental, no en vano se trata de criminalizar a los pescadores, a la policía y, en definitiva a todo el sistema japonés. Sin embargo no aparece una organización que haga un documental para criminalizar a las granjas de pollos o a algunas piscifactorías porque, en realidad o eso es lo que parece, los pollos y las truchas no son merecedores de tanto cariño como los delfines.

Insisto en que no estoy justificando nada, ni lo uno ni lo otro, solo quiero pensar en voz alta (o en letras escritas) que somos nosotros los que tenemos la capacidad de mejorar nuestra estancia en el planeta y debemos tomar decisiones personales e individuales para que ocurra.

Recuerdo que en mi libro de Ciencias Naturales del colegio (7º curso de EGB creo recordar) decía que la mar era una fuente inagotable de recursos y resulta que era mentira y hay que reorganizar lo que estamos haciendo porque es posible que, si no lo hacemos mejor, no haya que comer en el futuro, ni pollos, ni truchas, ni atunes ni, como hacen en Japón, delfines ni ballenas.

Ha habido cambios. De hecho el documental nos muestra alguno, pero hay que seguir trabajando en hacerlo mejor.

El documental es muy recomendable porque, si abres la mente y no te dejas influir por parcialidades, te hará pensar. De hecho no he querido ilustrar el artículo con imágenes crudas, que hay muchas, porque no he querido ser parcial ni influir en tu opinión. Quiero que lo veas y saques tus propias conclusiones.

Aunque sé que lo han puesto por la tele, se puede ver online. Aquí te dejo un enlace en YouTube por si te apetece verlo. Eso sí, ten pañuelos cerca.

Valoración #JaviFlim: 6,0

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