Buscar en JaviFlim

sábado, 14 de agosto de 2021

Inmune (Songbird): Cuando el Cine Anticipa lo que Preferimos No Ver

Inmune. Pandemia apocalíptica

¿Covid-23? El Futuro Como Arma de Control.-


Parece que últimamente solo consumo contenido relacionado con el monotema. Y no es casualidad. Vi esta película anunciada en Amazon y, aunque sabía que no iba a encontrar una obra maestra, algo me empujó a darle una oportunidad. Necesitaba entender qué pretendían contarnos esta vez. Y las conclusiones que he sacado merecen ser compartidas, porque no son precisamente tranquilizadoras.

En artículos anteriores he destacado cómo producciones del pasado mostraban escenarios que hoy estamos viviendo. Series como Utopía (2013), V. Los Visitantes (2009) o la versión de 1984 de Michael Anderson (1956) nos advirtieron de dinámicas sociales y mecanismos de control que, de una forma u otra, ya no suenan tan descabellados.

Pero "Songbird" (título original de "Inmune") pertenece a otra categoría: se ha pensado, producido y estrenado durante la situación actual. No es ciencia ficción profética del pasado; es programación del presente. Y eso lo cambia todo.

Inmune. Pandemia apocalíptica

El Escenario: Los Ángeles, 2024.-


La película nos sitúa en un Los Ángeles distópico del año 2024, apenas tres años después del comienzo de todo. El virus ha mutado hasta convertirse en COVID-23, un patógeno más ligero de transmitir y letal con una tasa de mortalidad superior al 50%. La gente muere en 24 horas tras la infección. Año nuevo, cepa nueva. ¿Te suena familiar el mantra?

Las noticias no paran de bombardear con cifras, alimentando el miedo colectivo. Pero no solo en televisión: hay vallas publicitarias por toda la ciudad mostrando el contador de fallecidos. El pánico como decoración urbana. El terror normalizado en el paisaje diario.

Inmune. Pandemia apocalíptica

La Nueva Normalidad: Confinamiento Eterno y Vigilancia Total.-


Todas las medidas sanitarias están permanentemente activadas. Confinamiento de larga duración, toques de queda que no pueden romperse bajo amenaza de muerte si te pillan en la calle. Cada día, mediante una aplicación en el móvil, debes controlar tu temperatura. Si no superas la prueba, el Departamento de Saneamiento —que tiene control absoluto— irá a por ti para llevarte a una zona de aislamiento de la que nadie regresa. Nadie.

Los controles militares están por todas partes. Soldados enfundados en trajes de protección completos y fuertemente armados pueden abrir fuego contra cualquier infractor. El Estado de derecho ha desaparecido; en su lugar, una dictadura sanitaria que no admite cuestionamientos.

Sin embargo, existe una clase privilegiada: los inmunes. Humanos especiales que portan una pulsera amarilla (simbólicamente inquietante, por cierto) y pueden moverse con cierta libertad. Nuestro protagonista, Nico, es uno de ellos. Se dedica a repartir paquetes que deben pasar por buzones especiales con radiación ultravioleta antes de entrar en casa. El contacto humano está completamente prohibido.


Amor en Tiempos de Vigilancia Digital.-


Nico mantiene una relación amorosa con Sara, a quien solo conoce online y con quien nunca ha estado físicamente. Este detalle no es gratuito: es un reflejo de la nueva existencia digital que ya experimentamos. Reuniones de trabajo por Zoom, relaciones mediadas por pantallas, crecimiento exponencial de las redes sociales como único espacio de "socialización". La película normaliza lo que ya hemos comenzado a aceptar sin apenas resistencia.

La trama se complica con elementos de corrupción y privilegios de clase —porque incluso en el apocalipsis hay quien se beneficia— y Nico tendrá que enfrentarse a personas sin escrúpulos si quiere estar con Sara. Una historia de amor que no conecta, protagonistas que no generan empatía, y un desarrollo argumental que no aporta nada especial. No entro en más detalles para evitar spoilers, pero créeme: no te pierdes gran cosa.

Inmune. Pandemia apocalíptica

El Oportunismo Disfrazado de Entretenimiento.-


La película es completamente prescindible desde el punto de vista cinematográfico. Para darle caché han colocado a Demi Moore y Alexandra Daddario en papeles secundarios. Por destacar a alguien, Peter Stormare interpreta el personaje más mezquino y desagradable de su carrera. Pero nada de esto salva un guion flojo, personajes planos y una dirección que grita "esto se hizo rápido y barato".

De hecho, se rodó en apenas 15 días. Y se nota. Lo que no se nota tanto —hasta que empiezas a pensar— es la intención real detrás de esta producción.

Programación Predictiva: ¿Nos Están Preparando?.-


Aquí viene lo importante, lo que realmente me inquieta de "Songbird": esta no es una película del pasado que ahora cobra sentido. Es una producción realizada durante la situación que estamos viviendo, exagerándola hasta extremos que, hace dos años, nos habrían parecido delirio paranoico.

Si le damos crédito a ciertas teorías —y no estoy diciendo que crea ciegamente en ninguna, pero tampoco las descarto sin reflexionar—, esta película podría ser un ejemplo de lo que se conoce como "programación predictiva": acostumbrar al público a escenarios extremos para que, cuando se materialicen (total o parcialmente), ya no nos parezcan tan impensables. Ya los hemos "vivido" en la pantalla. Ya están normalizados en nuestro imaginario colectivo.

Poniéndonos en lo peor, podrían decir más adelante: "Ya os enseñamos lo que venía". Como quien avisa, no es traidor. Espero estar equivocado. Deseo profundamente estar equivocado. Pero teniendo la mente abierta y escuchando todas las opciones posibles... el tiempo dirá.

Inmune. Pandemia apocalíptica

La Esperanza Como Mercancía.-


En los momentos finales hay una frase que reza: "No solo repartíamos paquetes, repartíamos esperanza". Más allá de la propaganda descarada y el sentimentalismo barato, esta frase me hizo pensar: ¿Quién controla la esperanza en un mundo así? ¿Quién decide quién puede tenerla y quién no?

La esperanza convertida en producto, en privilegio de unos pocos inmunes. El resto, confinados y aterrorizados, dependiendo de las migajas de libertad que el sistema quiera concederles. Es un mensaje inquietante envuelto en papel de regalo emocional.

Inmune. Pandemia apocalíptica

Veredicto: Floja Pero Reveladora.-


"Songbird" es oportunista, torpe en su ejecución y prescindible como entretenimiento. Pero precisamente por eso decidí verla y escribir sobre ella. No por su calidad cinematográfica —que es mediocre—, sino por lo que representa: un ejercicio de normalización de medidas autoritarias, de vigilancia tecnológica, de división social entre "inmunes" y "contaminados", de miedo perpetuo como herramienta de control.

No te la recomiendo si buscas buen cine, pero si quieres asomarte a un posible futuro a corto plazo —uno entre varios posibles, basado en la dirección que parecemos estar tomando—, puede que te resulte perturbadoramente iluminadora. Por eso no le pongo una nota más baja. Porque, a veces, lo importante no es la calidad de la obra, sino el mensaje que transmite y el momento en que se emite.

Tú decides.

¿Has visto "Songbird"? ¿Crees que estas películas reflejan posibles futuros o simplemente explotan nuestros miedos presentes? Me encantaría conocer tu opinión y tus sensaciones tras verla. ¿Te inquietó? ¿Te pareció exagerada? ¿O quizás, como a mí, te hizo pensar más de lo que esperabas? Déjame un comentario. En tiempos de incertidumbre, compartir perspectivas es más necesario que nunca.


Valoración #JaviFlim: 3,5


¿Valoras mis reseñas? ¡Un café simbólico mantiene vivo este blog!

No hay comentarios:

Publicar un comentario