Redención (Los Casos del Departamento Q)

El Departamento Q sigue sorprendiendo

Nos encontramos con la tercera entrega de la saga y tal y como vimos en las dos anteriores, Misericordia (2013) y Profanación (2014), la puesta en escena, el cuidado del guion, la implicación de los personajes y la crudeza de las historias de este nuevo género de Novela Negra, ha conquistado los gustos de los espectadores y, a mí personalmente, me ha cautivado porque siempre he sido fan del buen cine de suspense, con intrigas serias y complicadas, donde no está claro casi nada.

Redención va de creencias religiosas extremas, odios basados en la religión y la depravación de "algunos" humanos desequilibrados.

Redención se basa en el libro "El mensaje que llegó en una botella", de Jussi Adler-Olsen, tercero de una serie de seis y, como en las anteriores, en una especie de efecto mariposa, la trama se va desarrollando partiendo de "casualidades" que conducen a los investigadores a desentramar el argumento principal.

Tenía ganas de volver a escribir sobre esta saga (ya tengo preparada la siguiente) porque, por un lado, una amiga me comentó algo interesante sobre ella y, segundo porque es uno de mis cines favoritos.

En esta entrega la trama comienza con la aparición de un mensaje, complicado de descifrar, que aparece muy lejos de donde se supone que se envió. Una vez descifrado, el Departamento Q se hace cargo de la investigación que destapa otro caso diabólico abandonado que encaja con sucesos actuales, aunque las pruebas del pasado, prácticamente han desaparecido.

Nos encontramos ante una serie de sucesos relacionados con sectas religiosas. El villano de esta entrega es, posiblemente, el más despiadado, insensible e inteligente hasta ahora, lo que complica muy mucho la investigación y cómo llegar a él.

La película, como he dicho antes, me ha gustado mucho. Tal vez no tanto como las anteriores porque el clima es algo más lento, pero la profundidad de la trama y sus connotaciones sociales me han atrapado y la he visto casi sin pestañear.

Me ha hecho pensar sobre algunos valores y la interpretación que se puede dar de ellos. Por un lado el escepticismo y la visión pesimista de la vida, aparentemente sin creencias del agente Carl Mørck y, por otro, el optimismo y las ganas de vivir de su compañero Assad, Ambas perspectivas se solapan y complementan y te meten de lleno en el alma de la trama.

Ser espiritual sin creencias... ¿Es posible? Yo creo que no, que sin ser religioso o sin creer en nada concreto, la propia naturaleza humana te posiciona de alguna manera. Poseer valores como identidad personal o ser creyente, pero retorcido y no saber sobreponerse a los reveses de la vida no te convierte en miserable. Hay otras cosas que pueden hacerlo, como la propia educación unida a una debilidad mental profunda.

Humanidad, qué difícil es describirla cuando la religión entra en las ecuaciones. La cuestión es que todos los Casos del Departamento Q te atrapan y, una vez terminas de ver la película, estás esperando no, deseando más. El thriller danés de ha convertido en un clásico y la envidia del cine de suspense actual.

Nos vemos en un nuevo caso del Departamento Q.

Valoración #JaviFlim: 7,0

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