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martes, 26 de agosto de 2025

Weapons: El Horror de la Desconexión Emocional

Weapons (2025)

Hay películas que te enfrentan a tus propias limitaciones como espectador. "Weapons" de Zach Cregger es una de ellas. Mientras escribo esta reseña, soy consciente de que voy contra corriente en una industria que la ha coronado como una de las revelaciones del año. Me pasa lo mismo que me ocurrió con Babadook: todo el mundo hablaba maravillas, la crítica la adoraba, y yo me quedé con la sensación de no estar del todo con las corrientes principales. Pero precisamente esa disonancia es lo que me resulta más interesante analizar.

La Arquitectura del Misterio.-


La premisa es sólida: todos los alumnos de una clase, salvo uno, desaparecen la misma noche y a la misma hora exacta. Cregger construye su narrativa usando una estructura que recuerda inevitablemente a "Magnolia" de Paul Thomas Anderson, o a ese episodio de Los Simpson donde cada miembro de la familia vive el mismo día desde su perspectiva, mostrando el mismo evento desde múltiples puntos de vista. Sin embargo, donde Anderson utilizaba esta técnica para revelar las conexiones ocultas entre vidas aparentemente inconexas, Cregger parece más interesado en el artificio formal que en la revelación emocional.

El problema no está en la ambición narrativa, sino en su ejecución. Cada cambio de perspectiva se siente más como un ejercicio de estilo que como una necesidad dramática. Es como si Cregger hubiera decidido usar esta estructura porque es cinematográficamente sofisticada, no porque la historia la requiera orgánicamente.

Weapons (2025)

El Lenguaje Visual de la Inquietud.-


Técnicamente, la película demuestra competencia real. La fotografía utiliza una paleta desaturada efectiva que refuerza la atmósfera opresiva de la pequeña ciudad. El diseño sonoro es particularmente logrado en los momentos de tensión, y la banda sonora de Larkin Seiple contribuye eficazmente a crear una sensación de amenaza constante sin recurrir a los sustos fáciles. Y hay que reconocer que Cregger sabe construir secuencias inquietantes: varios momentos me mantuvieron genuinamente en vilo.

Pero aquí surge mi primera reserva: la técnica nunca debería notarse tanto como para distraerte de la historia. En "Weapons" hay momentos donde sientes que estás viendo una demostración de habilidades cinematográficas más que una película orgánica. Es como un músico virtuoso que no puede evitar mostrar su destreza técnica incluso cuando la canción pide simplicidad.


Los Niños Como Sacrificio Simbólico.-


Una de las cosas más me han perturbado de la película no es necesariamente su contenido, sino su timing. En una época donde el discurso público está aparentemente obsesionado con la protección de menores, "Weapons" presenta a los niños como literal alimento del mal. No hay contenido pedófilo en la película, pero sí una instrumentalización de la vulnerabilidad infantil que resulta curiosamente incómoda en el contexto actual donde no faltan las teorías de tráfico infantil, adenocromo y sectas varias.

Esta sincronía no es casual. El cine siempre ha sido un espejo distorsionado de nuestras ansiedades colectivas. Cuando "Sound of Freedom" ha dominado conversaciones y documentales sobre tráfico infantil saturan algunos canales en redes sociales, una película que cosifica a los menores como sustento de una entidad malévola resuena de manera problemática.

Cregger puede argumentar que es metáfora, que habla de la pérdida de inocencia o del trauma comunal, pero las metáforas no existen en el vacío; operan dentro de contextos sociales específicos, y en este contexto, la metáfora se vuelve, como mínimo, sospechosa.

Weapons (2025)

La Trampa de la Sofisticación.-


Mi principal objeción a "Weapons" no es que sea una mala película, que no lo es, sino que se queda a medio camino entre la ambición y la ejecución. Confunde complejidad con profundidad, pero lo hace desde una base técnica sólida. La película está llena de capas interpretativas y estructura narrativa elaborada que funcionan a nivel intelectual, pero creo que le falta ese núcleo emocional que convierte el horror en experiencia transformadora.

Esto no es nostalgia generacional. No estoy pidiendo un regreso a los slashers de los 80. Películas contemporáneas como "Hereditary", "The Witch" o "It Follows" demuestran que se puede ser sofisticado sin ser frío, intelectual sin ser pretencioso. Estas películas funcionan tanto como ejercicios cinematográficos complejos como experiencias viscerales inmediatas.

"Weapons", en cambio, parece diseñada para ser analizada más que sentida. Es cine que demanda respeto intelectual pero no consigue amor emocional. Y el horror sin emoción es simplemente una demostración técnica.

Julia Garner - Weapons (2025)

El Síndrome del Emperador Desnudo.-


Hay algo profundamente incómodo en admitir que una película aclamada no te funciona. La presión social de la recepción crítica positiva te hace dudar de tu propio criterio. ¿Será que no "entiendo" la película? ¿Será que mis expectativas están desajustadas?

Pero esta autoculpabilización es precisamente lo que películas como "Weapons" explotan. Crean una especie de chantaje intelectual: si no te gusta, es porque no eres lo suficientemente sofisticado para apreciarla. Es la misma dinámica que funciona en ciertos círculos artísticos donde la inaccesibilidad se confunde con excelencia.

La realidad es más simple: una película puede ser técnicamente competente, narrativamente ambiciosa y conceptualmente interesante, y aún así fallar en su función primordial de conectar emocionalmente con el espectador. Y eso no es culpa del espectador.

Julia Garner - Weapons (2025)

Horror Como Experiencia vs. Horror Como Concepto.-


El horror más efectivo siempre ha sido físico antes que intelectual. "El Exorcista" no necesita explicaciones metafóricas para funcionar; "Alien" no requiere análisis sociopolítico para aterrorizarte. Funcionan porque conectan con miedos primarios: la pérdida de control, la violación del espacio seguro, la corrupción del cuerpo.

"Weapons" parece más interesada en el horror como concepto que como experiencia. Te hace pensar sobre el miedo más que sentirlo. Y aunque esto puede ser intelectualmente estimulante, cinematográficamente resulta distante.

Benedict Wong - Weapons (2025)

La Generación Netflix y el Nuevo Paradigma.-


Quizás mi desconexión con películas como "Weapons" refleje un cambio generacional más amplio. Los espectadores formados en la era del streaming están acostumbrados a consumir contenido de manera diferente: más analítica, más fragmentada, más orientada al discurso post-visionado. Sin embargo no me pasó lo mismo con la recientemente comentada "El Problema de los Tres Cuerpos" donde también aparece el actor Benedict Wong (en la imagen anterior).

Para estos espectadores, una película que genere conversación puede ser más valiosa que una que genere emoción. El valor está en la capacidad de generar contenido derivative: análisis, teorías, debates online. La experiencia cinematográfica se vuelve secundaria a su potencial como generador de contenido cultural.

Weapons (2025)

La Honestidad de la Decepción.-


Al final, "Weapons" me deja en territorio ambivalente. Es una película que hace muchas cosas bien: la construcción de atmósfera es sólida, la técnica es competente, y hay momentos genuinamente inquietantes. Cregger demuestra talento real para el lenguaje cinematográfico y manejo de la tensión.

Mi puntuación refleja precisamente esa ambivalencia: reconozco sus virtudes técnicas y su ambición narrativa, pero no puedo ignorar que no me ha conectado emocionalmente como esperaba. No es una mala película, pero tampoco es la revelación que muchos proclaman.

Josh Brolin - Weapons (2025)

¿Es esto un defecto de la película o una limitación mía como espectador? Probablemente ambas cosas. Pero prefiero asumir esa limitación honestamente antes que fingir una conexión que no siento.

La pregunta que me hago, y que os hago a vosotros, es esta: 

¿Cuándo dejamos de valorar las películas por cómo nos hacen sentir y empezamos a valorarlas por lo inteligentes que nos hacen parecer al hablar de ellas?


Valoración #JaviFlim: 6,5

Tendrás que ir al cine o esperar a su distribución doméstica para valorarla por ti mismo.


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