Una familia decide pasar una semana de descanso en una preciosa estación de invierno en Los Alpes. Todo parece ir bien. Él necesita desconectar del trabajo y la familia se merece unos días de asueto juntos. Mientras están comiendo en la terraza del restaurante se produce una explosión (hay muchas todo el tiempo para controlar los niveles de nieve en las laderas) que provoca una avalancha que se dirige hacia el restaurante. El comportamiento del padre ante esta situación hará tambalear toda la relación matrimonial involucrando a los hijos, a unos amigos y hasta al encargado de mantenimiento del hotel.
Esta es una de esas películas en las que es más interesante comentar el contenido que la realización de la misma. Fijarse en el propio comportamiento humano. Personalmente la psicología me apasiona y me gusta mucho analizar, sin más motivo que aprender, cómo pudiendo hacer bien las cosas, mayoritariamente preferimos escondernos detrás de algún escudo o alguna capa que, en realidad, nos impide realizarnos y mostrar lo que somos y, a la vez, creemos que nos da la potestad de juzgar a quien no se esconde y se muestra al mundo desnudo de ojos para adentro.
La película está bien realizada, con una fotografía espectacular de una zona preciosa Los Alpes, actuaciones dignas y un guion bien estructurado y bien llevado hasta el final.
El ser humano es apasionante. Eso es evidente. Cada uno de nosotros es un mundo con sus peculiaridades positivas y negativas. Habitualmente esconderse detrás de una máscara está bien y nos protege de nuestras inseguridades en espacios abiertos y ante un público desconocido. Lo malo es la mayoría lleva este comportamiento al plano íntimo y privado e, incluso en relaciones estrechas de amistad o de pareja, no son capaces de mostrar su esencia, escondiendo siempre algo. Por eso es tan normal escuchar en una conversación entre un matrimonio aquello de "es que no te conozco en absoluto".
La comunicación es fundamental en las relaciones humanas. Si no te digo lo que pienso nunca lo sabrás. Si no te digo lo que me molesta con la misma sinceridad que te digo lo que me gusta, nunca lo sabrás y, por desgracia, estamos acostumbrados a creer que lo que yo pienso se ve desde fuera y eso no es verdad. Tus pensamientos son tuyos y por mucho que pienses en algo o alguien no hará que ese alguien se entere. De la misma manera es habitual ver cómo, en lugar de hablar con los demás, pensamos por los demás y hacemos las preguntas para contestarlas nosotros mismos. Eso es profundamente erróneo. Tú nunca contestarás a mis preguntas con mis respuestas. Es posible que personas que lleven conviviendo muchas décadas sean capaces de pensar correctamente por el otro, pero no es la regla.
Pues de eso mismo es de lo que va esta película que nos cuenta durante dos horas como las carencias de comunicación hacen daño. Como es más fácil desahogarse en una conversación entre amigos que directamente con tu pareja. Como no asumir tus actos con responsabilidad y explicarte levanta muros que consiguen enturbiar las relaciones más sólidas. El film va lentamente (en ocasiones demasiado lentamente) profundizando en las relaciones de confianza entre los protagonistas, para llegar a un desenlace final que... mejor que lo veas.
Valoración #JaviFlim: 6,5
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Muchas gracias por tu tiempo.
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