Thor: El Mundo Oscuro

La verdad es que toda esta oleada de películas con las aventuras de los héroes de Marvel y DC Comics que está teniendo lugar en los últimos años es genial. Mientras estoy viendo cualquiera de las películas que estrenan y cierto rato después, me siento como aquel niño que, tumbado en el sofá-cama del apartamento playero, devoraba los tebeos (lo de cómic vino después) de sus superhéroes favoritos. Creo que ya he comentado en alguna ocasión que mi favorito de entre todos era Spiderman, pero también cayeron en mis manos y me gustaron, libros de La Masa, Los Cuatro Fantásticos, Thor, Batman, Ironman... El que menos me gustaba era el Capitán América. No sé, siempre le tuve un poco de manía. También me gustaban los del Capitán Trueno, que era español  y que seguro que a nadie se le ocurre hacer una película chula como las de Marvel. También tuve la fortuna de leer algunos de Roberto Alcázar y Pedrín, más antiguos y que me gustaron menos.

¿Recuerdas que aquellos libros tenían el tamaño de medio folio? Se leían de maravilla tumbado o sentado en cualquier parte. Mucho mejor que los más grandes e incómodos a tamaño folio que salieron después.

Además los animadores japoneses suelen adelantarse a las versiones americanas en cine y sacan las mismas aventuras o parecidas unos meses antes en formato animación que, como también me gustan, me las veo sin complejos. Así que hay superhéroes a tutiplén durante toda la tenporada.

En esta segunda película de Thor la acción comienza en el pasado, donde los Elfos Oscuros batallan contra los Asgards y pierden, no solo la pelea, sino que, en principio son exterminados y su Éter, material diabólico e indestructible de oscuridad, es enterrado donde nadie lo pueda la encontrar. Como es de todos sabido, no hay rincón en el universo que sea seguro. Es como pensar que escondes una foto tuya en la nube, con permisos de "solo yo" y te crees que nadie la va a ver y luego pasa lo que pasa...

El Éter aparece en el lugar más insospechado y Malekith, rey de los Elfos Oscuros, despierta justo en el momento estelar de la Convergencia, que es una alineación de los Nueve Reinos, que permite destruirlos todos a la vez. Se monta la de San Quintín con hostilidades de todo tipo entre Asgards y Elfos Oscuros que dejan el reino de Asgard y Londres, más concretamente el barrio de Greenwich, 'tó levantaó' que no hay empresas de reformas ni albañiles en los Nueve Reinos ni 'pa'empezar' a hacer presupuestos.

Mucha, muchísma acción mezclada con cierto cinismo, humor, ironía y el romance entre Thor y Jane Foster, además de las locuras del resto de personajes, que consiguen que ese niño tumbado en el sofá-cama reaparezca con el tebeo entre las manos y disfrute de lo que está viendo. No vamos a decir que es un peliculón, ni que las casi dos horas que dura son todo bueno, no, pero es entretenida y divertida que, a fin de cuentas es el espíritu de Marvel desde sus orígenes.

Valoración #JaviFlim: 6,0

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