The Missing (miniserie TV)

Es un auténtico placer cuando en tus manos cae una producción tan exquisitamente realizada. The Missing está a la altura de True Detective o The Fall (La Caza).

La historia empieza en el pasado. Durante unas vacaciones de un matrimonio y su hijo en Francia. Todo es, aparentemente, normal... Necesitas descansar del trabajo... Lo vamos a pasar de maravilla... Necesitamos estar más juntos... etc. Un matrimonio inglés en Francia que necesita desconectarse de todas sus rutinas para pasar unos días en familia, disfrutando de ellos mismos y su hijo. Todo se tuerce cuando el niño desparece en un chiringuito de piscina donde hay mucha gente viendo un partido del mundial de fútbol en la tele.

Empieza aquí una carrera por el tiempo dentro de una pesadilla para unos padres desesperados. La serie va del pasado al presente entrelazando los acontecimientos e incorporando personajes a la trama. A veces te da la sensación de que vas a necesitar un cuaderno para ir apuntando a todos los que se van incorporando y establecer las relaciones entre ellos. Normalmente confío en que este hecho se irá solucionando según avance la serie porque si el lío no se va solucionando, es posible que el público deje de seguirla.

No es el caso. La serie solo puede ser evaluada como excelente. El guión es magnífico. Una trágica pesadilla que parece no tener salida, donde van apareciendo otras subtramas en la investigación: casos de pedofilia, bandas de delincuentes de la Europa del Este, policías que se implican mucho y otros menos... El hecho de estar navegando, casi, sin sentido por el tiempo, al principio confunde un poco, pero en el tercer capítulo ya tienes claro el aspecto de cada uno de los protagonistas y te sitúas instantáneamente en el momento del tiempo en el que están.

Los hermanos Williams han construido un guion magnífico, sobre una historia tremendamente dramática. La angustia se respira en cada uno de los ocho capítulos, presentándote nuevas pruebas que, a la postre, solo te hacen pensar y discutir contigo mismo hacia donde va todo lo que sucede. No será hasta el final que las cosas se aclaran, para deleite del espectador involucrado en la historia.

El planteamiento psicológico de los personajes es excepcional, consiguiendo que te identifiques con cada uno de ellos y empatices o detestes a quien se lo merezca. Esto solo puede significar que las actuaciones son magníficas y quiero destacar especialmente a James Nesbitt, que sé que tiene una dilatada carrera en producciones británicas que no conozco y que ha participado en las tres películas del Hobbit que, alucinantemente, aún no he visto. Nesbitt tiene una expresividad sorprendente que te contagia en cada uno de los planos. El resto de actores del reparto, tanto en calidad de protagonistas como de secundarios, están también magníficos. Es destacable, por lo menos bajo mi punto de vista, que, con una Europa tan demagógica, la serie se desarrolle en Francia y no, por ejemplo en Grecia, donde sería más hiriente localizar situaciones de corrupción o pederastia. ¡Bien por la BBC!

Si a todo lo anterior le añadimos una fotografía sobresaliente donde los cambios de época tienen también cambios sutiles de iluminación y posprocesado, y una banda sonora magníficamente seleccionada, nos da como resultado una súper miniserie de televisión. Una producción de mucha calidad y realmente recomendable a pesar de que el final no queda perfectamente resuelto, dando la sensación de que han preferido dejar la puerta abierta para continuar, que cerrar definitivamente el caso. 

Están preparando una segunda entrega que, según he leído, se basará en nuevos personajes y nuevas historias, por lo que no entiendo porque está primera temporada termina de una manera tan poco definitiva. Estaré atento a lo que nos vayan contando.

Valoración #JaviFlim: 7,5

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