Hay películas que da igual cuándo y cuántas veces las veas. Da lo mismo que te la pongan en el tren de vuelta a casa o en cualquier canal de televisión cualquier día. Son películas a las que el tiempo les da igual. Siempre estarán de moda. Siempre impresionarán a quien no la haya visto y siempre divertirán por igual a nuevos y veteranos. "El Jovencito Frankenstein" es una de esas joyas atemporales que tendrá siempre un sitio reservado en mi estantería de joyas del cine, a la vez que un hueco especial reservado en mi corazón por motivos personales y sentimentales que la hacen todavía más especial.
Hoy nos ha dejado Gene Wilder del que Mel Brooks, comparándolo con Hamlet, dijo que llegaría a la perfección con "El Jovencito Frankenstein". Sirva esta reseña como pequeño homenaje a un gran actor que nos ha divertido en tantas ocasiones, que ocupará un lugar destacado en la memoria de muchos.