El Hombre Invisible (1933)

Que ejercicio tan maravilloso es retrotraerse al pasado y disfrutar de como empezó todo esto del mundo audiovisual, en el que me encuentro inmerso desde hace tanto. Este tipo de películas hay que verlas desde una perspectiva abierta. Estamos hablando de una cinta de 1933 donde el cine era muy diferente al de ahora, aunque buscaba los mismos resultados.

Recuerdo que una vez me preguntaron una cosa a raíz de una conversión de una película comercial, en 9,5mm (Pathé Baby) de los años 20 del siglo pasado. Al ver el resultado en digital muchos me preguntaron porqué los rótulos en pantalla, los carteles explicativos, duraban tanto tiempo si lo que decían era muy poco. La respuesta es sencilla, aunque para nada evidente casi 100 años después: El público no estaba acostumbrado a leer en pantalla y, simplemente, lo hacía más despacio y, por tanto, necesitaba más tiempo para entenderlo. Ahora somos capaces de asimilar en muy pocos segundos lo que antes duraba cinco o seis veces más. Es cuestión de adaptación, nada más.

Así que una vez puesto en posición de no juzgar cómo se hacían las cosas antes y a disfrutar de la, posiblemente, mejor adaptación cinematográfica de la novela de H.G. Wells que se ha hecho hasta la fecha.

No creo que haya mucho que se pueda añadir a este clásico del cine de terror, que va de la comedia al terror con acción y mucha intriga. 

Tal vez apuntar que sus efectos especiales, que fueron pioneros y crearon escuela, todavía siguen sorprendiendo más de 80 años después, con cambio se siglo incluido. Ten en cuenta que era preciso hacer visible lo invisible, que no era nada fácil.

Si tienes información o has trabajado con montaje de celuloide, te quedarás admirados con la capacidad inventiva y la utilización de los recursos disponibles en la época.

Hayas visto o no la película, te invito a volver a verla sin prejuicios y admirando la clase tan alta que sigue teniendo hoy en día.

Valoración #JaviFlim: 8,5

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