Mockingbird

Cansadito estoy ya de las películas cámara en mano. Las llaman a todas, de "metraje encontrado" y da igual que se lo hayan encontrado o que se lo graben sobre la marcha ellos mismos y así se ahorran el alquiler de equipo más caro. Como ahora con una doméstica se puede hacer cine... pues eso.

En esta película se han gastado el ochenta por ciento del presupuesto en globos rojos. Tantos, que el pobre Brandox Cox (director de fotografía) ha tenido un corrimiento al rojo, que hubiese alucinado al propio Edwin Hubble.

La película es mala en muchos sentidos: Es mala porque la cámara en mano marea; máxime cuando son los propios actores los que se tienen que grabar a ellos mismos. Es mala porque el guión es mediocre. Está basado en la depravación humana, en hacer mal por el mal en sí mismo y sin que se sepa, en ningún momento, quien es el loco traumatizado ni porqué hace lo que hace. Es mala porque, aunque se trate de historias conectadas, hay una desconexión constante entre ellas y las actuaciones no hacen nada porque este punto mejore.

En definitiva, es mala en general. Ni te engancha ni te distrae. Mal asunto para una película de terror. 

El caso es que al principio parece que vas a ver algo bueno o, al menos, interesante. La historia es básicamente esta: En tres domicilios, aparentemente aleatorios, se recibe un paquete con una cámara de vídeo, que ya viene encendida y grabando de fábrica y no se puede apagar. Los receptores quieren entender que la han ganado en algún tipo de sorteo y no les preocupa lo que acabo de decir. Se ponen a juguetear con ella haciendo grabaciones domésticas hasta que reciben un segundo paquete con instrucciones muy concretas. Haced lo que os digo. No llaméis a la poli o moriréis.

No hay mucho más que decir. No es muy deficiente pero no te pierdes nada si te la pierdes. Una pena porque este director no había empezado con mal pie en su primera película, "Los Extraños".

Valoración #JaviFlim: 4,0

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