
Hay películas que llegan en el momento exacto en que las necesitas. Nefarious es una de esas obras que se presentan como un puñetazo en el estómago de la conciencia, especialmente para quienes percibimos que vivimos tiempos donde las líneas entre el bien y el mal se han difuminado hasta convertirse en una bruma gris e incómoda.
No es una película de terror al uso. Olvida los saltos en el asiento, los efectos especiales o las apariciones fantasmagóricas. Nefarious es algo mucho más perturbador: es psicología teológica pura, concentrada en noventa minutos de diálogo intenso que funciona como un bisturí que disecciona el alma contemporánea.